Los usos de las redes sociales

Reviso las publicaciones sobre informática, todas ellas en pleno proceso de desaceleración pre-estival, ya sea preparando directamente la hibernación o la supervivencia durante el mes de agosto a base de artículos "de nevera", y me da por pensar en qué se está convirtiendo esta Internet que contribuimos a crear sin demasiada perspectiva, más concretamente en las redes sociales que florecen por todas partes: Friendster, MySpace, Tribe, Ecademy...

La razón del éxito de estas redes está en su combinación de utilidad, gratuidad y posibilidad de contribuir. Son el sustituto tecnológico de los típicos contactos personales: conocidos a los que accedemos a través de otros conocidos para documentarnos o asesorarnos acerca de temas en los que no somos expertos (viajes, aficiones, amistades). Las redes sociales aglutinan y atraen a comunidades de personas con intereses y gustos afines, que ponen en común experiencias con el objetivo de beneficiarse de las evidentes ventajas que aporta la centralización de la información.

En realidad todo esto viene a cuento de la red social Wikitravel, no tanto por la idea que propone (un calco de la Wikipedia), dedicada a documentar y valorar desde la propia experiencia destinos turísticos, sino por la fotografía de Jesús Rodríguez, el administrador del invento, que aparece en el artículo que le dedica CiberP@ís: Jesús posa ante la cámara en la heladería donde se gana la vida. Sí señor, con dos cojones y sin ningún complejo.

Lo que está claro en esto de las redes sociales es que se trata de espacios donde compartir información útil para la vida cotidiana, por lo que es prácticamente imposible encauzarlas en un modelo de negocio rentable. Ya puedes administrar la mayor base de datos turísticos del mundo que eso no impedirá que tengas que trabajar tus cuarenta horas a la semana en el sector de la hostelería. Francamente, no me imagino al CEO de ninguna empresa posando orgulloso en la peluquería canina de sus padres donde trabaja por horas los fines de semana. Las redes sociales implican una actividad vocacional (o filantrópica si se quiere) no remunerada por definición, o como mucho ofrecen un espacio donde velar las armas antes de dar el salto a un puesto fijo en una empresa del sector tecnológico. Tanto da: mientras llega la fama trabajas por amor al arte, dedicando horas robadas al ocio y al sueño, y aunque tu esfuerzo beneficia a una gran cantidad de gente eso no te convierte en alguien dentro del mundo empresarial más tradicional, porque no generas dinero con tu actividad.

Es curioso: por un lado las televisiones (la pequeña pantalla la llamaban, por comparación con la del cine, la industria que en su día venía a destronar) emigran hacia Internet, tratando de llegar a esa audiencia que les abandona por esa otra pantalla aún más pequeña del ordenador. Desde el otro lado, en cambio, las redes sociales aprovechan su éxito de audiencia para financiarse con la publicidad, adoptando sin más el modelo de negocio de la televisión. Todo parece indicar que se van a encontrar por el camino, lo que yo me pregunto es qué saldrá de ahí...

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